El miércoles visitamos la residencia para mayores "Merita".
Es muy lujoso, es como un hotel con mezcla de clínica, muy luminoso, colores fríos, mucho blanco. La primer impresión fue muy incómoda, nos dejaron recorrer la instalación, como justo llegamos para la hora de la merienda, los ancianos estaban en el comedor, pasamos a chusmear y todos nos quedaron viendo fijo. Eramos tres jóvenes caminando y observando, como si fuera un museo de viejos, desde la sala de espera, un patio interno nos separaba del comedor, con grandes ventanales, que re-encuadraban la situación.
La recepcionista nos dio un recorrido por los otros pisos, nos contó que usualmente vivía situaciones cómicas o tensas. Como la rehabilitación es muy buena en el lugar, también vivían temporalmente personas de entre 40-50 años que estaba rehabilitando, también pacientes con esquizofrenia. Le preguntamos sobre los familiares de los pacientes, nos contó que estaban los que visitan frecuentemente pero como son de buen poder adquisitivo algunos familiares son fríos, fantasmas, no iban mucho a visitar.
Cuando terminaron de merendar, nos juntamos con una enfermera y unos pacientes en una sala, (en la que hacen los ejercicios por la mañana, pintura, y otras actividades). Nos presentó a Ofelia, quien se entusiasmo mucho con la idea de que la filmemos, a medida que pasaba el rato, iban acercando en sus sillas más pacientes, cada uno con su historia,
Pasamos mas de una hora en ronda escuchándolos, muchas cosas llamaron la atención de estos personajes. Parecían una familia, varios se conocían mucho, pero no se llevan con otro grupo, que tienen menos lucidez.
Las mujeres muy coquetas, con sus bolsitos, collares, binchitas. Un par se dormían de a ratos y seguían la conversación, algunos se quejaban de dolores, otros no hablaban mucho pero estaban atentos a la charla. Casi todos se manejan en silla de ruedas, lo que generaba situaciones algo cómicas de tránsito. Mas allá de la lucidez, las enfermeras los asisten en todo, en moverse, en bajar y subir en el asensor, en tomar sus pastillas, en limpiarse.
A pesar de que al principio fue incómodo, al final fue muy divertido y agradable.
Una mini compilación de lo que fue. (Filmamos para registrar no mas y poder mostrarle a los compañeros que no pudieron ir).
Es muy lujoso, es como un hotel con mezcla de clínica, muy luminoso, colores fríos, mucho blanco. La primer impresión fue muy incómoda, nos dejaron recorrer la instalación, como justo llegamos para la hora de la merienda, los ancianos estaban en el comedor, pasamos a chusmear y todos nos quedaron viendo fijo. Eramos tres jóvenes caminando y observando, como si fuera un museo de viejos, desde la sala de espera, un patio interno nos separaba del comedor, con grandes ventanales, que re-encuadraban la situación.
La recepcionista nos dio un recorrido por los otros pisos, nos contó que usualmente vivía situaciones cómicas o tensas. Como la rehabilitación es muy buena en el lugar, también vivían temporalmente personas de entre 40-50 años que estaba rehabilitando, también pacientes con esquizofrenia. Le preguntamos sobre los familiares de los pacientes, nos contó que estaban los que visitan frecuentemente pero como son de buen poder adquisitivo algunos familiares son fríos, fantasmas, no iban mucho a visitar.
Cuando terminaron de merendar, nos juntamos con una enfermera y unos pacientes en una sala, (en la que hacen los ejercicios por la mañana, pintura, y otras actividades). Nos presentó a Ofelia, quien se entusiasmo mucho con la idea de que la filmemos, a medida que pasaba el rato, iban acercando en sus sillas más pacientes, cada uno con su historia,
Pasamos mas de una hora en ronda escuchándolos, muchas cosas llamaron la atención de estos personajes. Parecían una familia, varios se conocían mucho, pero no se llevan con otro grupo, que tienen menos lucidez.
Las mujeres muy coquetas, con sus bolsitos, collares, binchitas. Un par se dormían de a ratos y seguían la conversación, algunos se quejaban de dolores, otros no hablaban mucho pero estaban atentos a la charla. Casi todos se manejan en silla de ruedas, lo que generaba situaciones algo cómicas de tránsito. Mas allá de la lucidez, las enfermeras los asisten en todo, en moverse, en bajar y subir en el asensor, en tomar sus pastillas, en limpiarse.
A pesar de que al principio fue incómodo, al final fue muy divertido y agradable.
Una mini compilación de lo que fue. (Filmamos para registrar no mas y poder mostrarle a los compañeros que no pudieron ir).
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